Introducción

La mejor manera de aprender magia es practicándola. Esto sorprenderá a aquellos que creen que los magos exhiben su prodigiosa técnica después de muchas horas de estudio y entrenamiento continuado. Pero lo cierto es que el principal objetivo de la magia es desconcertar y fascinar a los espectadores antes que mostrar simplemente la técnica y la pericia.

A menudo, los movimientos rápidos despertarán sospechas, mientras que un truco hecho con naturalidad y con un resultado imprevisto dejará boquiabiertos a los espectadores.

De hecho, algunos de los trucos más sencillos se cuentan entre los mejores, y esto lo podrá confirmar el principiante desde sus inicios. Los trucos sencillos le permitirán concentrarse en la presentación en lugar de preocuparse por una acción de complicado desarrollo o por las pequeñas muestras de decepción que los sagaces observadores empezarán a manifestar a menos que el truco sea ejecutado a la perfección. Cuanto más cerca observa el público algo complicado, más fácilmente puede ser burlado con la sencillez.

Todo esto es útil para el principiante, y es la razón fundamental que debe llevarle a presentar ante los amigos algunos de los trucos más sencillos inmediatamente después de aprenderlos. Naturalmente, el entrenamiento y la destreza son útiles, pero la reacción del público es igualmente importante, de manera que la vieja regla de «se aprende magia haciéndola» todavía tiene validez. Otra razón para empezar con los trucos más sencillos es que el principiante los podrá ensayar frente a sus amigos, de modo que si éstos le «descubren» no será expulsado del sindicato de magos, ¿no? Debes ser consciente, por otra parte, que es imposible que muestres el mismo truco sencillo a las mismas personas una y otra vez sin que corras el peligro de que alguien lo descubra. Además, las críticas amables te ayudarán a mejorar tu técnica antes de mostrarla en otra parte.

Seguro que tendrás algunos amigos que no pararán hasta que les confieses algunos trucos o que te será difícil decirles que no. Por eso será una sabia medida el considerar algunos de tus trucos más sencillos como «prescindibles». De esta manera, si satisfaces sus primeras peticiones podrás rehusar amablemente a ofrecer mayores explicaciones de trucos más sofisticados. Ésta es una medida inocente que no va en menoscabo de la magia moderna por dos razones: Primero, existen ciertos trucos que son clasificables bajo la etiqueta de «tipo rompecabezas». Es decir, se trata de la clase de trucos que el público muy entusiasta puede descubrir si se le concede el suficiente tiempo. Si estos trucos los muestras como «aperitivo», ganarás la atención del público al que tú estás tratando de impresionar. En las páginas siguientes se describen bastantes de estos trucos «rompecabezas» que te serán de mucha utilidad cuando te inicies en los secretos del mago profesional. Si el público te los descubre, tanto mejor. Podrás felicitarles por su agudeza y, a continuación, seguir con algo más sofisticado que les deje atónitos.

Segundo, la expansión de la magia ha sido tan grande durante los últimos tiempos, que cada año aparecen cientos de trucos nuevos, al lado de algunos pocos que quedan desfasados. Tiempo atrás, los magos guardaban los secretos de algunos de sus trucos más sencillos como si la totalidad de su arte dependiera de ellos. Pero ese tiempo ha pasado. Los magos modernos mantienen la vitalidad de su arte con la creación de nuevos trucos y adaptaciones de otros viejos tan a menudo y tan rápidamente que el público no puede mantenerse al corriente de todos ellos.

cómo crear tu propio espectáculo de magia

La regla de oro para preparar o crear un espectáculo de magia se estableció hace ya mucho tiempo: el principiante deberá ganar su experiencia en el mundo de la magia actuando frente a un público. Pero, ¡atención!, no debes hacer un truco detrás de otro de manera caprichosa. Debes idear un programa o una sucesión donde un truco siga a otro según un orden lógico. Un truco bien ejecutado pide que otro le siga. En consecuencia, tu primer truco se convierte en el principal factor al que se le debería conceder la debida consideración en cualquier espectáculo planificado sensatamente.

El propósito del truco de apertura es suscitar el interés inmediato. Así pues debería ser un truco que se pueda realizar sin contratiempos, con rapidez y sin NINGUNA posibilidad de que salga mal. Existen muchos trucos que satisfacen estas exigencias. Por ello, elige uno de tus favoritos y que encuentres muy fácil de realizar. Cualquier vacilación o fallo en el truco inicial puede demorar el ritmo de toda tu actuación. No te preocupes si tu primer truco parece demasiado fácil; la simplicidad no tiene por qué aminorar el ritmo.

Inmediatamente seguirás con un truco un poco más desconcertante. De hecho, el espectáculo deberá ir creciendo en interés según vayas avanzando.

Sin embargo, no pases por alto el valor del elemento sorpresa cuando selecciones tu número inicial. Un truco rápido con un final insólito —incluso con un toque cómico— siempre hará que tu público quiera más. Esto es especialmente importante en los primeros momentos de tu actuación. A partir de tu primer truco, hay dos reglas sagradas que debes recordar: 1.ª, haz que tu actuación dure lo suficiente para satisfacer a tu público, aunque, 2.ª, déjalos siempre queriendo más.

Esto significa que la mayor parte de tu actuación debe constar de trucos de diversa naturaleza. Lo que has de conseguir es que tu público no deje de preguntarse qué es lo que vendrá a continuación. Es correcto que a un truco le siga otro de índole parecida, siempre que el segundo vaya un poco más lejos en alguna característica particular. A menudo, los que están frente a ti desearán verte repetir ciertos trucos; si tienes alguno que añada un giro imprevisto, no solamente satisfarás sus deseos sino que aumentarás su asombro.

Hacia la mitad de tu actuación, introduce algunos trucos que sean ligeramente más complejos. Pero ¡no te excedas!

Un importante consejo que casi nunca se da a los principiantes es que resulta esencial tener uno o dos trucos de reserva de los que puedas echar mano en cualquier momento si la actuación parece resentirse. Con frecuencia, los principiantes se dejan arrastrar por un orden rígido que funciona si todo sale según lo previsto. Pero si el público empieza a aburrirse o a mostrar indiferencia, te puedes ver en un serio apuro si no tienes reflejos. Éste es el momento en el que puedes permitirte eliminar un truco largo o demasiado complejo y acortar tu actuación con algunos trucos cortos y ágiles que tengas en la reserva. Asegúrate siempre de disponer de ella.

Esto, naturalmente, marca el final de la actuación, de manera que remátalo con uno de tus trucos favoritos que seas capaz de ejecutar con mayor brillantez. Pero recuerda: este truco debería también ser el que tu público pida. El propósito último de toda actuación es hacer que tu público lo pase bien. Es posible que pasen algunas actuaciones antes de que sepas qué truco debería reservarse para el momento cumbre; puede que quieras desplazar algo de la mitad y situarlo al final. ¿Cómo decidir cuál es este truco es muy simple? Déjate llevar por las reacciones del público. Aquel truco que parezca gustarle más será el que constituya el mejor clímax.

Recuerda también que los gustos del público varían, de modo que un buen clímax para un público concreto podría no serlo para otro. Esto te exigirá elegir entre distintos programas que la mayoría de los principiantes pueden clasificar en una de las siguientes distintas categorías:

MAGIA DE CARTAS: Particularmente apropiada para jugadores de cartas o que, al menos, estén familiarizados con los juegos de cartas. A menudo, a los hombres les gusta participar en trucos que impliquen apuestas, tenlo presente. En muchos casos te darás cuenta que estos efectos serán el broche final perfecto para tu actuación.

MAGIA GENERAL: Mejor que hacer solamente trucos de monedas, trucos de cuerda, etc., siempre es mejor mezclarlos. Practica primero con algunas monedas, saca después un trozo de cuerda y ejecuta varios números con ella. Podrás rematar con un pañuelo prestado entre el público. O pasa de uno a otro, dejando la cuerda de lado para sacarla más tarde. Este tipo de espectáculo puede resultar muy ingenioso si eres suficientemente hábil para echar una moneda en tu bolsillo sin que nadie lo advierta cuando metas la mano en él para buscar alguna cosa o cambiar una cosa por otra. Respeta siempre en este tipo de espectáculo la regla de una entrada rápida y un intenso clímax.

MAGIA DE MESA: En cierto sentido, éste es el tipo más asequible de espectáculo si tus posibilidades son aún limitadas y debes, consecuentemente, seguir unas pautas de actuación definidas. Aquí, también es importante recordar que puedes intercambiar objetos en tus bolsillos. También es la ocasión perfecta para aprovecharte de cualquier pausa en tu actuación para preparar el terreno de un próximo truco sin que el público lo advierta.

MAGIA MENTAL: Éste es un género en sí mismo.Incluso los principiantes saben que ejecutando tan sólo trucos mentales, el impacto sobre el público puede ser extraordinario. Cuando el público se cree que estás haciendo predicciones o mostrando briznas de percepción extrasensorial, se corre el peligro de que caiga en la decepción y la desilusión si empiezas a hacer malabarismos o juegos de manos. De modo que sigue en el tono que tu público te demande. Y permanece fiel a la regla de un inicio impactante, trucos eficaces y en ordenada progresión y un final imprevisible. De esta manera, no puedes equivocarte. Casualmente, hay algunos trucos en otras secciones —en especial, entre Trucos de cartas— que se pueden adaptar fácilmente a una actuación de Magia mental si es necesario.

De forma parecida, siempre es bueno hacer que se cuele un buen truco mental en una actuación de otros tipos: Magia de cartas, magia general y magia de mesa. Puede que haya ocasiones en la que juzgues conveniente mezclar el conjunto entero, yendo de uno a otro según decidas. Es una buena manera de sondear las reacciones del público para perfilar tus programas una vez hayas superado la fase del principiante.

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PRIMERA PARTE
TRUCOS SENCILLOS DE CARTAS

Todo lo que necesitarás para realizar los siguientes trucos es un juego de cartas, un vaso y un pañuelo para un truco concreto. Con esto ya estarás preparado para sorprender a tu público de una docena de formas diferentes. Aunque todos los trucos son sencillos, representan una considerable variedad de operaciones que permitirán al principiante ir de uno a otro en una sucesión ordenada. Esto significa que antes de que los espectadores puedan empezar a preguntarse cómo se hace un truco, ya se sentirán atrapados por el siguiente, de manera que sea improbable que hagan retroceder su atención hacia los anteriores, lo que beneficiará y asegurará el éxito del principiante.

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Un descubrimiento mágico

CÓMO PRESENTAR EL TRUCO

El mago dejará una baraja de cartas sobre la mesa y solicitará un voluntario para que la divida en dos montones. A continuación le dará la espalda y pedirá al voluntario que piense en un número que no sea superior a trece y que descuente ese mismo número de cartas del montón inferior de la baraja y las coloque en la mitad superior. Luego le dirá que —si lo desea— podrá colocar el montón inferior sobre el superior.

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El mago se da la vuelta y rápidamente cuenta las cartas desde arriba del montón, sin mirar ni una sola carta. De repente, descubre una carta boca arriba. ¡El número de la carta indica el número de cartas que retiró el espectador!

Por ejemplo, el espectador toma la baraja y la corta. Retira seis cartas de la mitad inferior, las pone en la mitad superior y vuelve a colocar la parte superior de la baraja sobre la inferior. El mago toma la baraja, saca cartas y descubre un seis.

Las sotas ocupan el lugar del once, las damas el doce y los reyes, el trece.

El secreto

Este es un truco que, pese a su simplicidad, siempre da buenos resultados. Dispón trece cartas en la parte superior de la baraja de la siguiente forma: rey, dama, sota... hasta llegar al as. El palo es indistinto, de forma que puedes hacer este arreglo con cualquier baraja. Prepara las cartas de antemano para impresionar más y nunca dejes que los espectadores te vean hacer el arreglo o... el efecto se verá sustancialmente mermado, como puedes imaginar.

Deja que el espectador corte la baraja y retire las cartas del montón inferior y las ponga arriba del montón superior.

A continuación, coloca el montón superior sobre el inferior.

Todo lo que te quedará por hacer es contar hasta la carta catorce y darle la vuelta. La carta revelará el número de cartas retiradas.

Imagina que el espectador hubiera retirado tres cartas.

Deberás entonces volver a poner las cartas como estaban, descontando tres, y colocándolas de nuevo en el montón inferior de la baraja. Entonces, podrás volver a hacer el truco.

No obstante, no lo repitas demasiado a menudo y baraja las cartas cuando hayas acabado. Es una medida sabia tener el comodín bajo el as en el orden que estableciste, de manera que si no se retira ninguna carta, darás la vuelta al comodín y les devolverás la broma diciéndoles que no han retirado ninguna y que al mago no se le puede engañar.

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Monte de tres cartas

Todo el mundo ha oído hablar del truco del monte de tres cartas donde quien maneja las cartas muestra una dama y otras dos cartas, las coloca boca abajo y pide que escojas la dama. Resulta imposible saber dónde está.

CÓMO PRESENTAR EL TRUCO

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He aquí un tipo de truco que hará volverse loco a todo el mundo y es muy fácil de realizar.

Debes tomar tres cartas de cualquier baraja y disponerlas de tal forma que la dama quede en el centro. A continuación pones rápidamente las cartas boca abajo y nadie podrá escoger la dama. Puedes conceder dos oportunidades y, luego tres, pero nunca hallarán la dama. No está allí. ¡Está en tu bolsillo!

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El secreto

Esta es la forma de hacer el truco. Coge una carta vieja —una dama de corazones— y corta una esquina. Lleva contigo el trocito de esta esquina. Cuando estés preparado para hacer el truco, coge cualquier baraja y date la vuelta para arreglar las cartas. En primer lugar, encuentra la auténtica dama de corazones y guárdatela en el bolsillo. Luego desliza tu esquina en el abanico de cartas, cubriendo la carta central.

Ahora ya puedes mostrar el abanico por delante y por detrás sujetándolo con la mano derecha. Hay tres cartas de frente y tres cartas del revés, pero la esquina de la dama de corazones esconde la carta central auténtica del abanico. Pon el abanico boca abajo y cógelo por su parte más ancha con el pulgar y los dedos de la mano izquierda como si fueras a arreglar las cartas. Retira entonces la mano derecha con un movimiento rápido, arrojando las tres cartas boca abajo sobre la mesa.

Los dedos izquierdos y el pulgar sujetan el pedacito de esquina, el cual se puede ocultar fácilmente con los dedos, al ser tan pequeño.

Por supuesto, ninguna de las tres cartas es la dama. Tú rescatas la dama del bolsillo, dejando allí el pedacito de esquina. Hay muchas versiones diferentes de este truco. Existen todo tipo de naipes trucados que están disponibles en muchas tiendas de magia y que te ayudarán a hacer este truco. Tienes que preguntar por los trucos del monte de tres cartas.

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Halla la carta

CÓMO PRESENTAR EL TRUCO

Podrás obtener sorprendentes resultados con este truco. Toma una baraja de cartas y mueve las cartas, sosteniendo la baraja boca abajo y cambiando las cartas de la mano izquierda a la derecha. Alguien toma una carta. Abres la baraja ligeramente y le pides que la vuelva a introducir en el paquete.

La baraja se corta varias veces y tú inmediatamente descubres la carta elegida.

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El secreto

El secreto consiste en el uso de una vieja carta de otra baraja. Se trata de que tú deslices esa carta en la baraja que estás usando (esta baraja te la podría haber dejado incluso un miembro del público) y cuando extiendas las cartas, busques la que tenga distinta la parte de atrás. Cuando la encuentres, tápala rápidamente con las cartas de al lado, pero deja un pequeño espacio por debajo. Cuando alguien retire una carta, levantas la baraja por la abertura, de manera que la carta escogida se introduzca en ese lugar.

El corte de la baraja es indistinto. La carta elegida será aquella que esté justo por debajo de la carta diferente. Al jugar con la baraja y buscar la carta marcada, puedes localizar la carta escogida.

Naturalmente, deberás ser prudente al elegir tu carta diferente. Si estás usando una baraja con el revés azul y un borde blanco, tu carta marcada debería tener los mismos colores, diferenciándose sólo en el diseño. Algunos ilusionistas que realizan este truco llevan varias cartas diferentes (comodines, por ejemplo) de varias barajas para poder disponer siempre de una carta apropiada en el caso de usar una baraja prestada. Una carta extra del mismo tipo de baraja pero que sea visiblemente más vieja o más nueva que las que estás usando no será advertida por los espectadores.

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La hilera misteriosa de cartas

CÓMO PRESENTAR EL TRUCO